Cuando a uno todo le va bien, todo se lo dan, todo lo tiene... no valora en realidad el sentido de las cosas, no aprende a sobrevivir. Quien ha llorado por los suelos; cualquier cosa insignificante le sirve para sonreír... quien ha sufrido tempestades; la calma la disfruta.
El dolor nos recuerda que estamos vivos.
Por eso me gusta mi vida tal y como ha sido, tal y como es. No cambiaría jamas, ni por todo el oro del mundo mi vida. Muchas veces me derrumbo, no voy a engañar, me derrumbo y me parece absolutamente todo injusto, lloro de desesperacion, momentos en los que me siento sola en una tabla a la deriva.Y quizá todo este motivo me recuerda que por ello cada vez camino mas hacia el infierno, quizá uno se cansa de vivir en lo aceptable.
Y para todo aquel que algún día me diga que he cambiado; por supuesto que lo he hecho... el cambio es superación, con ello sobrevivimos con las manos llenas y el corazón rebosante.
Todo esta en nuestras manos, absolutamente todo, todos tenemos la opción de vivir la vida como nosotros creamos oportunas, a romper las barreras del que dirán,del orgullo, de los inconvenientes,de los efectos, las barreras del miedo.
¿Cual es mi gran propósito? No voy a empezar el 1 de enero ni mucho menos, empezó hace mucho, aun estoy débil en ello, aun tengo miedos. Pero mi gran propósito de la vida es vivir sin miedo.
Así que he decidido que por encima de todas las cosas voy a valorar lo que es mejor para mi, y para lo que realmente quiero tener en esta vida. Por encima de que sea lo mejor; aveces lo correcto y lo fácil nunca serán lo mismo.
